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Un jamón ibérico puro de bellota presenta unas características que ningún otro tipo de jamón puede ofrecer por mucho que intenten engañar al consumidor. Para saber cómo elegir un jamón ibérico tenemos que conocer las principales características como la raza, la alimentación del cerdo ibérico y curación del jamón.
Para aquellos que quieren asegurarse de lo que compran están las denominaciones de origen que regulan y vigilan todo el proceso productivo. La Denominación de Origen Protegida Los Pedroches es garantía de máxima calidad y su vitola nos indica que estamos ante un auténtico Jamón Ibérico Puro de Bellota Los Pedroches.
Pero si queremos distinguirlo por nosotros mismo hay indicadores de la calidad del jamón ibérico que se pueden apreciar de manera más rápida:
1) Una pata de Jamón Ibérico debe ser fina, de caña estilizada, alargada y no tener pelos. La finura de su caña es una buena señal de la pureza de su raza.
2) La pezuña debe ser oscura.
3) La grasa debe ser brillante y fluida. Para comprobarlo tienes que presionar con los dedos y ésta debe hundirse. Además la grasa que te queda en la mano debe tener un tacto muy suave.
4) El peso de un jamón ibérico está entre 6 y 8 kg, y el de la paleta entre 4 y 6 Kg.
5) Debe tener una curación mínima de 24 meses pudiendo llegar a 48 si la pieza es grande Cuanto más grande sea la pieza y más bellotas haya comido el cerdo, más tiempo tardará en curarse. El tiempo lo podrás ver en la fecha grabada a fuego que tiene la pata, en ella aparece la semana y año de la matanza.
Cuando cortes un jamón ibérico de bellota de Los Pedroches observarás unas vetas blancas de grasa debido al ejercicio del cerdo ibérico en la dehesa y su alimentación con bellota.